El viaje más largo (George Tillman Jr., 2015) es la adaptación para la gran pantalla de la novela homónima escrita por Nicholas Sparks. Las películas románticas son lo que son, la misma -o casi- historia de siempre y lo que importa es cómo se cuenta y cómo llega al espectador; y si encima le añadimos el componente Nicholas Sparks ya que estamos hablando de una de sus adaptaciones, está claro qué nos vamos a encontrar: una cinta sencilla pero sumamente efectiva. Asimismo, bajo mi punto de vista este metraje abraza la esencia de la novela y a su vez, le da mil vueltas al texto original.

El viaje más largo cuenta la historia del joven cowboy Luke Collins, un antiguo campeón de rodeo en plena vuelta a la competición tras una lesión. Y de Sophia, una estudiante universitaria a punto de empezar unas prácticas de ensueño. Pero en una de sus citas, rescatarán de un accidente a Ira Levinson, un veterano viudo que añora el gran amor de su vida.

Y con algo tan sencillo se obtiene una película correcta en lo referente a aspectos técnicos y mejorable en todo lo demás. Reconozco que a mí me ha gustado y es más que probable que a la gran mayoría de su público objetivo también; no obstante, no logrará satisfacer a nadie más allá. Principalmente porque la trama es básica y sigue un esquema que no se aleja de los tópicos, cayendo en lo predecible una y otra vez. Aun así, la película funciona porque tiene claras sus aspiraciones y porque el trabajo está bien hecho: ambos hilos románticos están perfectamente entrelazados y equilibrados, hay intensidad, no se regodea en exceso en el melodrama y el desenlace convence. 

El reparto me ha parecido mejorable, Scott Eastwood y Britt Robertson salen guapísimos pero la química entre ellos brilla por su ausencia y mira que era bien necesaria. En cambio, Oona Chaplin y Jack Huston están mucho más cómodos en su papel y me han gustado más. Sobre los personajes secundarios no se puede decir absolutamente nada porque los protagónicos se llevan todos los minutos y los secundarios desfilan por la película sin aportar absolutamente nada, una lástima.

Para finalizar, para mí El viaje más largo es un digno pasatiempo, una película romántica básica y convencional que no engaña a nadie y se disfruta de buen grado.