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En el subterráneo de casa, Kala ha encontrado unas alas a medio construir. Y su sueño más íntimo, poder volar, parece que se puede hacer realidad. Indignada por las mentiras usadas para captarla, salta al Abismo. Y le espera una ciudad sucia y caótica, donde le esperan peligros insospechados, personajes peculiares y más de una sorpresa.

Escrita a cuatro manos con un léxico asequible y un ritmo dinámico, Les ales d’Ícar es la continuación de Sense ales y segunda entrega de la trilogía L'Esfera. En esta ocasión, he visto una leve mejora en la historia pero si os soy sincera, ya pesa mi amplio bagaje en la literatura juvenil y las dos novelas me parecen algo simples.

Confieso que tengo un problema con los personajes. Hay protagonistas adolescentes que me resultan infantiles por su manera de actuar y los pocos protagonistas adultos me parecen poco creíbles; considero que justamente los personajes y mi distancia con ellos ya sea porque los encuentro poco atractivos o por tener un perfil algo simple, dificulta enormemente que la trilogía pueda llegar a satisfacerme.

Pero si hay algo remarcable y que me ha gustado de Les ales d’Ícar es que en esta novela sí se explora ese concepto que asociamos a las distopías juveniles, esa rebelión siempre presente y esa lucha por un futuro mejor. Todo este planteamiento es sumamente interesante y con una trama bien ejecutada, puede dar mucho juego y convertirse en un texto notable. No obstante, está desarrollado de manera un tanto torpe al inicio aunque de la mitad en adelante remonta y los últimos capítulos presentan un desenlace convincente. Además, en esta ocasión sí se expande un poco más el mundo ideado por los autores.

Les ales d’Ícar mejora a su antecesora pero sigue siendo una distopía juvenil básica que no sobresale, ideal solo para paladares poco exigentes.

Agradecimientos a Columna